El origen de la elección de una estrella de tres puntas no es casual. Daimler era uno de los grandes constructores de motores en esa época y los fabricaba para aeroplanos, barcos y automóviles. Por tanto, cada una de las puntas representa los diferentes espacios: aire, mar y tierra en los que se desempeñaba la empresa.
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El otro componente del logo
Más allá de la adopción del logo de Daimler, el de Benz también está representado. Se trata de una característica corona de laurel, que tiene su explicación en los éxitos deportivos de la marca. Y es que Benz se dedicaba al diseño de coches de carreras que participaban en diversos Grand Prix, así como en la consecución de récords de velocidad.
Tanto la estrella como los laureles han ido evolucionando con el paso de los años, aunque sin perder su esencia y son dos elementos reconocibles de una marca que ya supera holgadamente el siglo de existencia.
