1. Tierra de empusas, Olga Tokarczuk
En su primera novela escrita tras la concesión del Premio Nobel en 2019, la escritora polaca nos traslada hasta un idílico sanatorio en los albores de la Primera Guerra Mundial -logrando evidentes ecos con La montaña mágica de Thomas Mann- para reflexionar sobre la muerte, la enfermedad, el feminismo y la naturaleza humana.
2. El buen mal, Samanta Schweblin
Una década después del ya histórico Siete casas vacías, que le valió el Premio Ribera del Duero y el National Book Award, la escritora argentina regresa con un volumen de cuentos plagado de personajes que se encuentran en un punto de no retorno, encandilados por el fulgor de la inminente tragedia. Vulnerables y profundamente humanos, están atrapados en ese instante en que lo extraño asoma a sus vidas para transformarlas, dejando a algunos de pie frente al dolor, a otros dialogando con la culpa o la ternura y a todos atravesados por la incertidumbre.
3. Las iras, Pilar Adón
¿Puede surgir la belleza tras el horror? ¿Es posible el sosiego después de la venganza extrema? Estas son las preguntas que la Premio Nacional plantea en estos 18 relatos tan hermosos como turbadores, tan inquietantes como dotados de una sensibilidad feroz, que nos trasladan a unos escenarios en los que parecen reinar la inocencia, los afectos y la intimidad, pero que pronto se revelan dominados por la hostilidad y la transgresión. Los protagonistas de Las iras humillan, hieren y matan amparándose en unas reglas impuestas por ellos que han de cumplirse. Y nosotros, a su lado, asistimos a la corrupción del paraíso, a la batalla sin tregua entre el candor y lo terrible, la serenidad y la fiereza, asomados igualmente a la inmensidad del abismo.