En el caso del sector pesquero balear, Bonnin explica a EL MUNDO que se sustenta en varias técnicas, donde la pesca de arrastre, la más afectada por la nueva normativa, supone el 70{b40a39be368c63c38c0e7fbea86f4f2ebac542cd82322d8e4a824a68b2b7dc7d} de la producción pesquera de la comunidad y el 15{b40a39be368c63c38c0e7fbea86f4f2ebac542cd82322d8e4a824a68b2b7dc7d} de su consumo. «Si cae el arrastre, cae todo el sector», explica el portavoz, porque «son la materia primaria de la lonja».
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Como conclusión al anuncio de esta madrugada, Bonnin insiste en que necesitan clarificar muchos aspectos de las 12 medidas aprobadas, porque «falta la letra pequeña» del acuerdo anunciado desde Bruselas. Sobre las medidas compensatorias ya comunicadas, como la de aumentar los días laborales con la implementación de puertas voladoras, «está bien, pero instalarlas cuesta cerca de 70.000 euros. El sector no puede financiarlo tras cinco años de restricciones». Y en cuanto al cambio de mallas de pesca, explica que este es otro cantar dentro del sector pesquero, porque las diferencias de tamaño entre las especies atlántica y mediterránea hacen que no todos los tamaños de redes sean efectivos.
«Vamos a malvivir», concluye José Manuel Juárez, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Barcelona, a EL MUNDO. Ante la falta de información recibida por el sector, al que todavía no se le ha transmitido la totalidad de las medidas aprobadas hoy, reclaman de manera inmediata «una hoja de ruta clara y transparente» con medidas que puedan cumplir todos los profesionales de la pesca, «no sólo políticos y representantes». Asimismo, reclama ayudas que permitan a las empresas, y evitar los «parches» a situaciones que implican, ante todo, una g
