Hay un juego autorreferencial: el primer y el último cuento tiene como protagonista a una escritora. En «Cómo desaparecer completamente», que cierra el volumen y es donde la escritora se entrega al humor de manera inequívoca, se inlcuye una crítica al trabajo de esa escritora: «Todas las protagonistas parecen muertas. La autora quiere ser cómica y sórdida, pero no consigue ni una cosa ni la otra», dice que escribió un crítico.
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Para La máquina de hacer pájaros valdría con un leve cambio: «Todos los protagonistas parecen muertos. La autora quiere ser cómica y sórdida, y consigue una cosa y la otra». Natalia García Freire experimenta, prueba, se arriesga y el resultado es feliz: la muerte, como a sus personajes, ha dejado de importarnos.